Hay muchas maneras de empezar a contar una historia,
pero las más emocionantes son aquellas en las que vas a hablar de algo que te
gusta. Que te apasiona.
Si hay algo bonito de este mundo de las dos ruedas
es cuando conoces a alguien, cuando empiezas a preguntarle de donde es, que
edad tiene, quien es su piloto favorito… Pero la pregunta que más me gusta
hacer es: ¿Por qué te gusta este mundo?
He recibido respuestas de todo tipo, y os aseguro que todas y cada una de ellas
guardan un recuerdo precioso. Hoy os quiero comentar como empecé a enamorarme
de ésta, nuestra pasión.
Tenía unos 8 o 9 años, era un domingo como otro
cualquiera, o eso pensaba yo. Me levanté, desayuné y como no tenía nada que
hacer (qué tiempos aquellos) pues me senté en el sofá con mi padre, que
casualmente estaba viendo las motos. Era la carrera de 125cc en la que apoyaba
a un piloto que para mí era totalmente desconocido hasta el momento, Dani
Pedrosa, que estaba empezando su carrera profesional, pero ya destacaba entre
el resto. Yo me senté, y en silencio decidí observar aquello que era nuevo para
mí, mientras mi padre animaba a aquel joven.
Al terminar la carrera le hice algunas preguntas a
mi padre, y a partir de ahí empecé a levantarme cada domingo de carreras para
ver a Pedrosa. Poco a poco me di cuenta de que a mi padre le gustaba compartir
esta afición conmigo, y que yo fuera entendiendo las cosas de este deporte. Se
convirtió en rutina levantarnos y ver juntos las carreras, donde cada domingo
superaba el anterior, dejándome con ganas de más.
Por eso decidí buscar más información sobre Pedrosa,
mi padre me ayudó, comprándome mis primeros periódicos deportivos, revistas de
motos o incluso la moto teledirigida de Dani. Yo estaba emocionada por tener
una nueva pasión con la que pasar mis ratos libres, y sin duda, mi padre estaba
encantado de tener a esa hija que le gustan los deportes y con la que comparte
sus opiniones.
Pero fui creciendo, y tras pasar una época muy
pegada al mundial de motociclismo, lo fui dejando de lado por los estudios, los
amigos, el cambio del colegio al instituto… Luego mi padre se marchó a Madrid a
trabajar y ya no compartíamos opiniones sobre las motos. Así que dejé de verlas
durante unos cuantos años de mi vida (gran error).
Tras esa etapa alejada de los motores, el 3 de abril
de 2011, mientras hacía una pausa de estudio para despejarme, encendí el
televisor que estaba puesto en TVE y de repente, me trasladé a unos años atrás,
a aquel domingo de mi niñez. Sentí que los años no habían pasado, que las cosas
seguían igual, y entonces, apareció Nico Terol, que lideraba aquella carrera en
Jerez y tras verle, sentí lo mismo que había sentido con Pedrosa, admiración.
Así que después de estar unos años alejada, volví a
hablarle a mi padre de lo que había experimentado al volver a ver el mundial y
en especial a Nico, volvimos a hablar de Pedrosa, que ya estaba en MotoGP (me
había perdido toda su trayectoria) y ambos sentimos que volvíamos a conectar
con las motos.
Desde entonces, no me he vuelto a separar del mundo
de las dos ruedas, me planteé conocer a Nico (cosa que conseguí el 21 de
septiembre de 2011) y a Pedrosa (también lo conseguí el día 26 de marzo de
2012) y ambos me demostraron que luchando, consigues lo que quieres. Pero la
mayor lección me la dio mi padre: ‘Aunque
estés lejos de todo aquello que quieres, si deseas de corazón, las cosas
terminan llegando’ y así es, vivo en Madrid, estudio Periodismo, he
conocido a mis ídolos, he tenido la suerte de ir a dos Grandes Premios y
gracias a él, he conocido a gente maravillosa.
GRACIAS
PAPÁ
Si quieres compartir conmigo tu pasión por este mundo, dejame un comentario, estaré encantada de conocer otras historias ;)
Preciosa historia amor! Y gracias a que tu padre te inculcó en ésto, gracias a las motos hoy te conozco, hoy te tengo a mi lado y ya eres una razón más por lo que tengo que agracederle tanto a éste deporte. Te quiero mucho princesa.:)
ResponderEliminarQue bonita la historia!!!! Me encanta! Que bonito es este mundo!
ResponderEliminar